Los econegocios claro que son rentables

Por: Karina Garay Rojas

Nada de romanticismo ni ciencia ficción. Trabajar con la naturaleza y no a costa de ella, ha resultado ser un gran acierto para muchos empresarios incluyendo a Silvia Wu una ingeniera forestal, quien llegó a los productos ecológicos mientras buscaba una salida a la fuerte alergia cutánea que la atormentaba desde los 6 meses de edad.

Wu explica que la producción ecológica es aquella que respeta los procesos de la naturaleza y no los corrompe en nombre del publicitado consumo, cada vez más voraz de la población, y en nombre del cual se trata de lograr el mayor rendimiento, sin importar la forma de alcanzarlo.

Por ejemplo, nadie sabe que los pollos están obligados a comer todo el día y que eso les produce estrés, por lo que emiten unas toxinas que les debilita el sistema inmunológico y los vuelve propensos a enfermedades. Los criadores saben de esto y por eso los someten a un régimen de antibióticos, que generan resistencia a la misma familia de antibióticos en los humanos, y eso está probado.

Aunque el relato es como para quitarle el hambre a cualquiera, sostiene que su intención es hacer entender a la gente que “la alimentación es parte esencial de nuestra existencia y no un asunto protocolar. Que no se trata sólo de proteínas, carbohidratos, minerales y grasas. Hay que incidir en la calidad, hay que revisar nuestras formas de consumo, si son sostenibles. Para estar bien nutridos no se requiere comer carne todos los días.

Hay estudios muy serios que acreditan que los alimentos ecológicos mantienen los componentes de la calidad nutritiva, mientras que los que no lo son han perdido las tres cuartas partes de su capacidad de nutrir.

La experta señala que aunque hace algunos años la población no se sentía motivada a consumir estos productos, la situación es ahora diferente; con lo cual los negocios basados en su particular forma de producción van en subida. Mediante estudios de mercado se demostró que del 2000 al 2006 el interés por estos alimentos creció del 10% al 23%.

Un producto agroecológico no es aquel que sólo está libre de químicos, sino el que se produce en una chacra manejada de tal forma que la consecuencia natural es que no los necesite”, explica, para agregar que en la crianza de animales el objetivo es “darle un respeto, tanto como el que se busca para el ser humano que lo va a consumir”.