Islandia es conocida por la salvaje belleza que ofrece su actividad geológica, volcanes activos y manantiales de agua caliente. El contraste entre el tórrido calor de la tierra y el frío extremo propio del clima norteño son dos aliados inusuales que mantienen su simbiosis gracias a las placas tectónicas sobre las que se asienta esta isla formada hace varios millones de años.
Siendo lugar de peculiaridades, este país nórdico alberga uno de los volcanes más extraños del planeta, el Thrihnukagigur. El principal atractivo de este accidente
geológico radica en que su última erupción tuvo lugar hace 4.000 años y que a día de hoy es posible visitarlo por dentro. No existe en todo el planeta una zona así, ya que cuando uno de estos colosos cesa su actividad la lava se enfría y tapona el cráter, mientras que la roca fundida del Thrihnukagigur se solidificó en las paredes dejando el orificio de salida intacto.Islandia es conocida por la salvaje belleza que ofrece su actividad geológica, volcanes activos y manantiales de agua caliente. El contraste entre el tórrido calor de la tierra y el frío extremo propio del clima norteño son dos aliados inusuales que mantienen su simbiosis gracias a las placas tectónicas sobre las que se asienta esta isla formada hace varios millones de años.
Siendo lugar de peculiaridades, este país nórdico alberga uno de los volcanes más extraños del planeta, el Thrihnukagigur. El principal atractivo de este accidente geológico radica en que su última erupción tuvo lugar hace 4.000 años y que a día de hoy es posible visitarlo por dentro. No existe en todo el planeta una zona así, ya que cuando uno de estos colosos cesa su actividad la lava se enfría y tapona el cráter, mientras que la roca fundida del Thrihnukagigur se solidificó en las paredes dejando el orificio de salida intacto.
La empresa islandesa ‘Inside the Volcano’ organiza y guía excursiones por las entrañas del cono piroclástico, que está a 30 kilómetros de la capital Reikiavik. La expedición está disponible desde el 15 al 31 de julio y cuesta 200 euros por cabeza. Ayudados de un ascensor, los turistas que se atreven a adentrarse en el abismo descienden por el cráter hasta el fondo de la cámara rocosa. La cavidad natural tiene una profundidad de 120 metros y puede albergar casi tres Estatuas de la Libertad sostenidas una encima de la otra. Una vez en el interior, los guías equipados con linternas encabezan una marcha de seis horas por la gran cueva llena de magníficas formaciones rocosas que brillan con extraños colores al reflejar la luz de los cascos. La idea surgió a raíz de una investigación geológica sobre el volcán. Al ver que se podía explotar el atractivo del lugar decidieron enfocarlo desde una perspectiva más propia del marketing y así poder conseguir fondos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario